sábado, 8 de noviembre de 2014

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No puedo encontrar la inspiración, ¿será que algo anda mal en mi?...¿o en ti?, por un momento me siento motivado haciendo las cosas que tanto me gustan y me llaman la atención y justo en un instante cambio de papel y entro en una etapa de sentimientos encontrados y pensamientos locos sobre ti. Sobre lo que juntos pudimos haber echo. Lo que pude haber echo por ti y lo que pudiste haber echo por mi. Todo junto con toda una serie de inmensos sueños, pensamientos y fantasías que me atropellan y a la vez alimentan mi morbo, mi alma, mi mente y mis pensamientos, todo aquello que pudimos haber echo juntos y que se perdió la oportunidad por un fallo...
un fallo llamado "confusión",
un fallo llamado "diversión",
un fallo llamado "excusa", 
un fallo llamado "estupidez".
Esa estupidez que cometes al romperle el corazón a una mujer, ¿podría ser eso el peor delito del mundo?, porque no hay sentimiento más grande de dolor que el del amor, ese gran e intenso sentimiento que nos hace querer, amar y sentirnos capaz de entregar todo a esa persona de manera incondicional. Pero si una cosa he aprendido a lo largo de mis años, es qué... el amor no es para siempre, las personas se cansan de esperar a ser correspondidos, de sentir que estan a punto de recibir todo y que de repente te lo arrebaten de las manos. Como esas pequeñas heridas en el alma que al tenerlas abiertas te hacen sufrir demasiado, que no te matan pero te envenenan, que no te curan pero no te atienden, que desbordan ríos y mares de dudas y desembocan en las heridas del corazón, que arden como la sal en una herida abierta, que duelen como el amor no correspondido.

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